El hombre del tablero invisible.

Tengo los ojos muy lejos y una sensacion de entierro que me corteja desde las puntas de los dedos.
Parece todo un monton de mierda acumulandose en mi cabeza.
Parece un monton de hojas acumulandose mientras castigo a los silencios de mi consciencia, para dejar de sentir que soy y encontrar a mi verdadero destino, (que es lo verdadero?),
la poesia de una vida que se define por circulos, o una razon diferente, donde el sentido de razon ya no es el discutido, sino, de lluvias y nuevas escrituras sobre las paredes de quien tiene mis zapatos.
Tengo tiempo para dejarlo todo?
No lo he pensado.
Tengo que creerme a mi mismo, o existen estas terapias de algun especialista para definirme como ser humano.
Los miedos se concentran en estrategias de derrota, siento ser un punto blanco, bastante preciso.
Que sera eso de punto blanco?, que tengo que creerme de los puntos.
Me hablo de los ojos muy lejos, pero donde esta el camino de mis cajones, baules, o de cualquier elemento que permita sentisme constituyente de algo.
Que es lo que quiero dejar?
no se si deba importarme lo que se viste de necesario, quiero todo y nada es lo que quiero.
Tengo la piel dividida, (soy un sujeto doble), algo se manifiesta de hombre y otra de melancolia casi muda, casi ciega. Pobre melancolia, pobre hombre.
Creerme que?
hablo de un tablero lleno de cuadraditos, con colores negros y un blanco difuso, que me miran desde las suelas de mis zapatos, esperando alguno de mis impulsos, y despues, juzgan. O tal vez me juzgo.
Otra vez al silencio, o conjuro sobre presagios para un egoismo pleno.
Columbios para las palabras de mi niñez,
columbios para los auspicios de mi inconciencia, absurda, pero soy un sujeto doble.
Pobre hombre, pobre melancolia. Creerme.


Plaza de los espectáculos.


Señores, disculpen esta molestia de interrumpir su vacío, pero quiero decirles que ya no tenemos mas paginas para venderles y me temo que esto se pone mas pesado,
los escucho hablar y tengo ganas de volverme ausente, como sus palabras, tan llenas de la nada, con fundamentos buscando significantes y realidades para acercarlos a un simbolismo interpretable, y termina siendo verdaderamente patético.
Hoy de seguro iran de compras a la feria de discursos caídos, y eso es lo que se puso de moda… los dobles, que reparten de a montones.
Tienen reflexiones como suelas de zapatos y tienen honestidad como camisas para lavar. Son precisos para prejuicios y sentencias en los ajenos, y sucede que el espectáculo se termina y continúa solo en ustedes.
Señores es tan pobre sentirme parte de su mundo y tengo miedo de contagiarme ya desnudo a través de lo que escribo, silenciar mi pensamiento, consumirme en su emblema.
Señores no los culpo, esto ya estaba en el pronostico de los diarios, claro que también son culpables. La idiotez venia implícita en el bautismo, como así también en el auspicio.
Las caretas son quienes hablan hoy, y las espaldas como seres psicoticos con vicios en el desayuno, hambrientos al psicofármaco.
Señores disculpen el atrevimiento, pero tengo vergüenza de ustedes y de mi, por eso es que ya no vendo paginas, ni cantos, ni cultura. No se vende ni el amor, ni los amigos, que por puro sadismo reglado al comercio neoliberal, suelen perder.
Disculpen señores, pero este mundo no tiene vueltas, ni en las cartas de un tiempo ni en las esquinas. Este mundo se regalo por si mismo a lo que somos…tengan nostalgia por lo que pudo ser distinto.
Señores,
si pueden entenderme procuren no molestarse, y por su dignidad sean fieles a ustedes mismos, y que se pueda todavía nombrarnos “Señores”.

Nicolas Pecci...


Entre nos

Teniamos hambre de un silencio que se desnudo porque entre la busqueda de algun cuerpo se me desmorona la intencion de serme fiel.
Despues me vuelvo a callar y parezco mentiras, pero entre la estupidez de escribir sobre a quien violo entre fantasias y la novela de ser hombre, me pierdo los ideales por un amor que no se vende y por un encuentro que imagino.

Las veces que nos decimos vivos, es porque estamos a un paso de querer quitarnos la vida.


Balcón

Y si de pronto comienzo a gritar,
volteando todo lo que camine por frente,
intentando asesinar las ideas, las palabras y las ausencias,
me volveria a ser quien tiene problemas con el alma,
pero serian menos las probabilidades de encontrarte en el sentimiento.

A veces saber que el amor existe como amor y no es un delirio anhelado despues del vino y de la siesta,
tiene precios para la muerte humana.